Me gustan las salsas, de eso no cabe duda y casi siempre en la mayoría de las comidas que hago suelo acompañarlas con alguna salsa.
Le he puesto este nombre a esta salsa por los piñones, no sé si existe como tal, y va dedicada a una de mis hijas ya que los piñones le encantan.
Le he puesto este nombre a esta salsa por los piñones, no sé si existe como tal, y va dedicada a una de mis hijas ya que los piñones le encantan.
Salsa a la leñadora
Ingredientes2 dientes de ajo
5 granos de pimienta
1 cucharada de piñones
1 cucharada de almendras crudas peladas
1 rebanada de pan
2 tomates de pera
unas hebras de azafrán
1 pastilla de caldo de ave
agua
sal
aceite de oliva
Elaboración
En un mortero machacamos los granos de pimienta y los ajos pelados con una pizca de sal.
En una sartén sin aceite, tostamos los piñones. Sacamos y echamos al mortero. En la misma sartén ponemos unas gotas de aceite y freímos las almendras. Cuando estén fritas las sacamos y las ponemos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Incorporamos al mortero.
Freímos una rebanada de pan, dejamos escurrir, la troceamos y la incorporamos al mortero. Una vez tenemos todo en el mortero lo machacamos hasta obtener una pasta fina.
Rallamos los dos tomates y los añadimos a la mezcla del mortero y mezclamos todo bien. Ponemos un fondo de aceite en una sartén, incorporamos la mezcla del mortero y sofreímos un par de minutos.
Desleímos la pastilla de caldo en un vaso de agua, echamos sobre el sofrito, incorporamos las hebras de azafrán y dejamos cocer a fuego suave. Comprobamos de sal y rectificamos si es preciso.
Esta salsa es ideal para acompañar o cocinar verduras, carnes o pescados.
En una sartén sin aceite, tostamos los piñones. Sacamos y echamos al mortero. En la misma sartén ponemos unas gotas de aceite y freímos las almendras. Cuando estén fritas las sacamos y las ponemos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Incorporamos al mortero.
Freímos una rebanada de pan, dejamos escurrir, la troceamos y la incorporamos al mortero. Una vez tenemos todo en el mortero lo machacamos hasta obtener una pasta fina.
Rallamos los dos tomates y los añadimos a la mezcla del mortero y mezclamos todo bien. Ponemos un fondo de aceite en una sartén, incorporamos la mezcla del mortero y sofreímos un par de minutos.
Desleímos la pastilla de caldo en un vaso de agua, echamos sobre el sofrito, incorporamos las hebras de azafrán y dejamos cocer a fuego suave. Comprobamos de sal y rectificamos si es preciso.
Esta salsa es ideal para acompañar o cocinar verduras, carnes o pescados.
Si os gustan las salsas esta no os defraudará.