Estamos en temporada de cerezas aunque ya falta poco para que esta deliciosa fruta nos abandone hasta el próximo año. Y antes de que eso ocurra he querido guardarme unas pocas para saborearlas cuando llegue Navidad, que aún falta.
Recuerdo que cuando era joven y pasábamos el verano en el pueblo, en casa de mis abuelos, mi madre a la vuelta, después de pasadas las fiestas que por entonces se celebraban entre el 13 y 16 de septiembre, llevaba unos tarros con cerezas en aguardiente. Por Navidad los abría y nos las daba a probar, a mí me encantaban.
Cuando en una comida que tuvimos a principios de junio uno de nuestros amigos nos regaló una botella con licor de pacharanes hecho por él, me vinieron a la memoria aquellos recuerdos de la juventud, ya bastante lejana, y decidí preparar cerezas como las que hacía mi madre y que tanto me gustaban. No sé si las haría igual, cuando las pruebe lo comprobaré aunque creo que no tendrán ni punto de comparación. Como le gustaba mucho el café he añadido unos granos, aunque no sé si ella los ponía.
Las puse el miércoles 22 por la tarde aunque no pude hacer la foto porque no tenía la cámara y el día 23 hice la foto y ya veis como en una sola noche el color del licor ha cambiado totalmente. El inicial era incoloro y en unas horas ha adquirido este tono. Cada mes iré añadiendo fotos para que se vea su transformación.
Cerezas en licor
Ingredientes
1 l de anís seco (45º)
500 gr de cerezas
2 cucharadas soperas de azúcar
1 palo de canela
5 granos de café
Elaboración
Esterilizamos el frasco en agua hirviendo unos minutos. Sacamos, secamos y dejamos enfriar.
Lavamos las cerezas, les quitamos los rabitos, las secamos y las ponemos en el frasco. Echamos el azúcar, el palo de canela, los granos de café y por último el licor. Agitamos un poco para mezclar y tapamos. Yo le puse un poco de papel film para impedir la evaporación del alcohol y la entrada de aire. Guardamos en lugar seco y oscuro y de vez en cuando lo agitamos para que el azúcar se disuelva. Dejamos macerar un mínimo de tres meses aunque yo hasta Navidad no lo abriré y no será por ganas.
aspecto día 23 julio
Seguid disfrutando del verano que aún queda agosto y mitad de septiembre, de las vacaciones, de la playa, de la piscina y de la montaña o de la casa.
A más de una nos traen recuerdos esas cerezas en licor de la infancia. Te han quedado maravillosas con ese color tan lindo. Te alegrarás más adelante de haberlas guardado.
ResponderEliminarAprovecho para despedirme hasta el mes de septiembre, ya que pasaré este mes fuera. Hasta la vuelta, feliz descanso.
Un beso.
Ya nos contarás qué tal te han quedado Juan, aunque con esa materia prima es difícil que no estén ricas.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
¡¡Hola Juan!! En mi casa también había cerezas en aguardiente por navidad, lo que pasa es que nunca las comía, ¡¡porque no me gustaban, ja, ja!! Nunca me ha gustado ni los bombones con licor, ni las guindas, ni nada que lo contuviera. Así que al final, las navidades pasaron a no haber más cerezas en licor. Lo que sí me ha gustado es el proceso, me encantan esas recetas que poco a poco ves como se trasforman, que haces un día y pasados unos meses las puedes consumir y ver el resultado. Besitos, ¡¡y a seguir disfrutando!!
ResponderEliminarHola Juan... Uuuy, ya que estás puesto, a mi me las recubres de chocolate negro. ¡¡Me encantan!!
ResponderEliminarUn beso grandeeee.
Ya verás cuando llegue Navidad como te ha quedado igual al licor de tu madre.
ResponderEliminarEs impresionante ver como enseguida las cerezas pierden color y el licor va adquiriendo un bonito tono. El caso es que a la hora de probarlos están más fuertes las cerezas que el licor, pero todo fantástico.
Besos.
Que ricas en casa también las comíamos en navidad cuando vivía mi madre, que bonitos recuerdos me has traído a la mente.
ResponderEliminarUn beso Juan
A mi también me gustan mucho, las he preparado hace años. Seguro que te han quedado estupendas y la idea de los granos de café le dará un toque especial.
ResponderEliminarAbrazos.
Que bonito que hayas puesto en práctica la costumbre de tu madre, me has recordado a unas amistades de mis padres que eran de Jaén y la señora preparaba estas guindas, una vez nos regaló un tarro, yo era entonces muy niña y madre mia...se me ocurrió probar una guinda y aquello era fuego!!! jajajajaja
ResponderEliminarAhora estaría encantada de probar un vasito de ese licor .
Seguiré su evolución y ya veremos el resultado en Navidades!!
Un beso y a seguir disfrutando del verano
lo más importante es no perder nuestras tradiciones y costumbres, hay que seguir con ellas y mantenerlas siempre vivas, eso nos hace tener siempre a nuestros seres queridos con nosotros. En mi casa no había cerezas pero sí recuerdo uvas en aguardiente.
ResponderEliminarTe quedarán de lujo, no lo pongo en duda. Me alegro mucho de que estés de vacaciones y sobre todo disfruta mucho que hay que aprovechar cada momento de nuestra vida!!!
Magnifiche le ciliegie col liquore,anche qui abbiamo diverse ricette simili..:-))
ResponderEliminarComplimenti Juan,a presto e buona serata :-))
Juan tu entrada de hoy me ha gustado muchísimo porque en casa siempre ha habido un tarro con cerezas en aguardiente (donde yo vivo la gente mayor llama así al anís y a mí me encanta esta palabra que se está perdiendo)
ResponderEliminarA mi madre le encantan aunque últimamente ya no las prepara porque le han detectado problemas de tensión y no debe tomarlas. También ella abría sus tarros hacia navidad. Recuerdo aquellos días fríos con el olorcito del licor de cerezas recién abierto flotando en la cocina.
Me alegro mucho de que te hayas decidido a prepararlas rescatando las tradiciones de tu madre y estoy segura de que estarán muy buenas cuando las tomes en navidad, que aunque lejana se va acercando silenciosamente
¡Besos mil y feliz semana!