lunes, 29 de abril de 2024

Plato combinado (tortilla de patata y calabacín, endibia y tomates cherry)

Después de unos días de celebraciones, no tenía muchas ganas de meterme en la cocina, pero hay que alimentarse, se tenga o no ganas de cocinar, y como la receta creo que bien puede prepararse para una excursión al campo y ahora que va a entrar el mes de mayo, con ese largo puente, pongo este cuadro que refleja lo bien que se pasa en esas excursiones.
La merienda. Francisco de Goya
 
Goya y Lucientes, Francisco de (Fuendetodos, Zaragoza, 30.3.1746 - Burdeos (Francia), 16.4.1828)
Goya nació accidentalmente en Fuendetodos, pueblo de su familia materna. Braulio José Goya, dorador, de ascendencia vizcaína, y Gracia Lucientes, de familia campesina acomodada, residían en Zaragoza, donde contrajeron matrimonio en 1736. Francisco fue el cuarto de seis hermanos.
El cuadro es un cartón para tapiz con la representación de un grupo de majos, sentados a orillas del río Manzanares a las afueras de Madrid, que descansan comiendo, bebiendo y fumando, mientras brindan por la naranjera que se les ha acercado con su mercancía. A la derecha se puede entrever la ermita de la Virgen del Puerto, oculta por un grupo de árboles. Es excelente el bodegón del primer término, pero no lo es menos el juego amoroso entre la naranjera y los majos.
Después de los modestos inicios en Aragón, donde se le atribuye, de hacia 1765, el relicario, destruido, de la parroquia de Fuendetodos con la Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago, así como varias pinturas para la devoción privada confirmadas como de su mano en los últimos años, la carrera cortesana se perfilaba como la única posible para un joven con ambiciones. Se trasladó a Madrid en 1763, siguiendo a Bayeu, que trabajaba en la decoración del Palacio Real. En diciembre de 1763 Goya quiso obtener una pensión de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y en 1766 se presentó al premio de primera clase de pintura, aunque fracasó en ambos.
Es un óleo sobre lienzo.
Sus medidas son Alto: 271 cm; Ancho: 295 cm
Pintado en 1776.
Número de catálogo P000768
Sala 086

Fuente: Museo del Prado

En uno de esos días había preparado una tortilla de patata y calabacín, siempre me la piden, y como hago más que menos, procuro guardar un trozo para una cena. Vi que tenía endibias y tomates cherry y ni corto ni perezoso se me ocurrió preparar para la cena este plato combinado. No es que sea una obra de arte pero rico, si que estaba.
Ya veis que no tiene complicación y lo cierto es que te resuelve una comida, merienda o una cena.
Ahí os lo dejo.

Plato combinado (tortilla de patata y calabacín, endibia y tomates cherry)

Plato combinado (tortilla de patata, endibia y tomates cherry)
Ingredientes
Tortilla de patata y calabacín
3 patatas medianas
1 cebolla mediana
1/2 calabacín
6 huevos
aceite de oliva virgen extra
sal
 
Resto ingredientes
1 endibia
6 tomates cherry 
palitos de surimi
ajo molido
sal
aceite de oliva virgen extra
 
Elaboración (tortilla)
Pelamos y cortamos la patata y el calabacín en lonchas finas. Picamos la cebolla muy fina. 
En un bol mezclamos los tres ingredientes.
En una sartén se pone aceite, cuando está caliente echamos el contenido del bol
y freímos a fuego lento, hasta que las patatas estén hechas.
 Probamos de sal y rectificamos si es necesario. Escurrimos y reservamos.
Batimos en un bol los huevos con una pizca de sal, echamos la fritada y mezclamos bien.
En una sartén, se pone un fondo de aceite y cuando está templado se echa el contenido del bol; esperamos que cuaje y damos la vuelta para que se haga por la otra cara.
 
Resto de ingredientes
Quitamos las primeras hojas a la endibia, cortamos por la mitad en sentido longitudinal, colocamos en el plato, salamos y regamos con aceite.
Lavamos los tomates cherry, los cortamos por la mitad, salamos, espolvoreamos con ajo molido y regamos con aceite.
Cortamos unos palitos de surimi en trozos y añadimos al plato.
 
Plato combinado (tortilla de patata y calabacín, endibia y tomates cherry)
Y listo para disfrutar de una rica y sencilla comida o cena.

lunes, 22 de abril de 2024

Bizcocho de limón

Finalizando el mes de abril, en esta semana que comienza hoy, tienen lugar dos acontecimientos para mí, muy importantes. Por una parte un cumpleaños de alguien muy cercano y por otra el decimosexto cumpleaños del blog. Parece que fue ayer, pero ya han transcurrido 16 años de mi primera publicación, en concreto el 25 de abril de 2008 y fue un esgarrat
A lo largo de estos años ha habido de todo, aunque lo que no se ha perdido es la ilusión. Este blog no pretende grandes cosas, es como su nombre indica, la afición de una persona por la cocina y ese es mi caso. Cierto es que el peso de los años se va haciendo notar, pero mientras el cuerpo aguante aquí seguiré publicando hasta no se sabe cuando.
Para celebrar ambos acontecimientos decidí preparar un bizcocho. No hay velas ni números, pero si queda un delicioso aroma y un exquisito sabor.
Como la entrada de hoy puede considerarse un postre, he estado buscando algún cuadro que tenga algo de relación y he encontrado este de un pintor valenciano que ya mencioné en otra entrada y que de nuevo vuelvo a citar.
Dulces y frutos secos sobre una mesa. Hiepes, Tomás
Dulces y frutos secos sobre una mesa. Hiepes, Tomás

Hiepes, Tomás
Valencia, Hacia 1610 - Valencia, 1674
Pintor español, el más destacado bodegonista de la pintura barroca valenciana. Desde el punto de vista biográfico se conoce poco sobre él; aparecen obras suyas firmadas desde 1642 hasta 1674, año de su muerte. A él se debe el mayor interés por este género en el ámbito valenciano. Estilísticamente, sus composiciones resultan arcaizantes, comparadas con las que se realizaban esos mismos años en Madrid. Prefiere un tipo de presentación simétrica, ordenada, que raramente altera. Construye las figuras a base de aplicar sucesivas capas de veladuras y delimitar linealmente los contornos, y otorga gran importancia a la consecución de las calidades de los materiales representados. El tipo de iluminación que emplea es de carácter tenebrista, junto a una gama cromática similar a la de Jerónimo Jacinto de Espinosa. Cultivó tanto el bodegón de cacharros como las representaciones de flores y naturalezas muertas acompañadas de paisajes, e incluso escenas de caza que presentan referencias a modelos italianos. Hiepes, es la gran figura de la pintura valenciana de floreros y bodegones.
En el cuadro, dos cestos, uno con avellanas y castañas y otro con retorcidos barquillos, flanquean una botella oscura que se alza en medio marcando la línea del eje de simetría principal en torno al cual se ordena la composición; delante, un plato metálico de plata o latón con fragmentos de turrón y una rosquilla, tres dulces más (o panes), uno de ellos con la superficie bien azucarada y otro plato metálico que exhibe media docena de tortas, la superior troceada, completan el apetitoso conjunto. La superficie sobre la que se levanta este espléndido complejo, propio de postres o meriendas, resulta extraordinariamente sencilla por contraste con el complejo agrupamiento: un simple tablero, pintado con un tono rojizo y del que se aprecian los cuatros bordes, destacándose vigorosamente contra un fondo oscuro, que otorga a todos los elementos de la pieza un vigoroso relieve, que los aproxima aún más al sorprendido espectador que hipotéticamente contempla el cuadro valorando su excepcional sentido de la realidad.
El rico y diversificado cromatismo y la iluminación que contribuye a provocar efectos de claroscuro son circunstancias que denotan y refuerzan la maestría del artista a la hora de diferenciar las calidades táctiles de los comestibles, que resultan identificados con facilidad en toda la sugestiva dimensión de sus características, como testimonio de los atractivos aspectos del panorama de dulces en los alimentos propios de las tradiciones españolas.
Es un óleo sobre lienzo.
Número de catálogo P007914.
Sus medidas son Alto: 65; Ancho: 95 cm.
Sala 008A.
Fuente: Museo El Prado. Madrid.

Hacía tiempo que no publicaba una receta de bizcochos, en concreto desde el último que puse ya han pasado tres largos años y es que el tiempo no corre, vuela, y más cuando la juventud ha quedado casi olvidada.
En este en concreto me he inspirado en uno que Concha Cabello, publicó allá por el mes de mayo. Lo vi, me gustó y me decidí a llevarlo a la práctica, y este ha sido el resultado. He introducido pequeñas modificaciones especialmente en lo que se refiere a cantidades, pero en grado mínimo. Espero Concha que sea de tu agrado.
 
Bizcocho de limón
 
bizcocho de limón Ingredientes
3 Huevos
330 ml de aceite de oliva
220 ml de leche
160 gr de azúcar
450 gr de harina
100 ml de zumo de limón (aprox. 2 limones)
ralladura de los limones
3 sobres dobles de gasificante
semillas de ajonjolí

Elaboración
Precalentamos el horno a 200ºC (calor arriba y abajo)
Forramos el molde con papel de hornear.
En un bol batimos los huevos con el aceite y la leche. cuando esté todo bien mezclado añadimos el azúcar y removemos hasta su disolución.
Mezclamos la harina con los sobres de gasificantes y con la ayuda de un colador la tamizamos y vamos añadiendo poco a poco a la mezcla anterior hasta que la masa quede homogénea.
Rallamos los limones y añadimos la ralladura a la mezcla.
Exprimimos los limones, apartamos 100 ml y lo añadimos a la mezcla anterior.
Vertemos la masa en el molde, que tendremos forrado con el papel. Damos unos golpes con el molde sobre la encimera para asentar la masa y espolvoreamos la superficie con azúcar y las semillas de ajonjolí.
Introducimos en el horno precalentado y horneamos a 180ºC 30 minutos, transcurrido ese tiempo bajamos la temperatura a 170ºC y mantenemos en cocción 10 minutos más.

Bizcocho de limón

Bizcocho de limón

Bizcocho de limón

Espero que sea de vuestro agrado así como también para Concha Cabello que es de quien he tomado la receta.
Tengo que decir que el bizcocho es una delicia.