lunes, 13 de mayo de 2024

Tallarines con alcachofas, puerro y ajos tiernos

Hoy, el cuadro que incluyo, es también del mismo autor del que puse en la anterior entrada. El título es más corto, el olfato. Obviamente tiene relación por la gran cantidad de flores que figuran, así como por el ramo que esa pequeña criatura le ofrece a la mujer.
Creo que hubiera sido ideal para celebrar el Día de la Madre, ya que una madre es siempre una flor.

 El Olfato. Jan Brueghel el Viejo, colaboración con Rubens
El olfato. Jan Brueghel el Viejo y Rubens

Brueghel el Viejo, Jan. Bruselas, 1568 - Amberes, 1625
Esta es una de las colaboraciones entre Jan Brueghel el Viejo y Rubens, un conjunto de pinturas que representan la alegoría de los cinco sentidos. La tradición pictórica en la que fue formado Jan Brueghel el Viejo, que aprendió junto a su abuela la miniaturista María Bessemers, convierte esta colaboración en un conjunto perfecto donde la perfección y precisión de la pincelada del primero se complementa con la vívida representación de las figuras del segundo. Esta serie se considera como prototipo para otras alegorías realizadas por el mismo artista.
A diferencia de otros sentidos de la serie, El Olfato tiene lugar en un exterior donde de nuevo vemos una figura desnuda, presumiblemente Venus, acompañada de un amorcillo que le ofrece un ramo. El artista sitúa a las figuras en un jardín idílico, rodeado de arquitectura secundaria, donde vemos todo tipo de flores, árboles y animales en un ambiente galante, tranquilo y sosegado. Nos muestra un jardín atemporal, en el que lo único importante es el deleite. La pintura preciosista de Jan Brueghel el Viejo permite observar cada detalle con detenimiento; los diferentes colores de las flores, el tratamiento individualizado de cada uno de los conjuntos, como si fueran bodegones aislados, o la ejecución de las hojas de las copas de los árboles, que difumina generando una sensación de luz tamizada. La pintura de flores es una de las especialidades de Jan Brueghel el Viejo. Son muchas las obras que este artista realizó con este tema, tanto en guirnaldas que enmarcaban la figura de la virgen, sola o con el niño, muchas de las cuales también son colaboraciones con Rubens, como en jarrones aislados algunos de los cuales también aparecen en esta pintura. Así, además de las flores que simbolizan el olfato, también vemos otros elementos simbólicos como los perfumes o los guantes de ámbar.
Número de catálogo P001396
Título El Olfato
Fecha 1617 - 1618
Técnica Óleo
Soporte Tabla
Dimensión Alto: 66,5 cm; Ancho: 110 cm
Sala 083
Fuente: Museo del Prado

Antes de que acabe la temporada de la alcachofa vamos a preparar esta rica receta y de esa forma despedirnos de ella hasta la próxima temporada. A ver que os parece.
 
Tallarines con alcachofas, puerro y ajos tiernos

Tallarines con alcachofas, puerro y ajos tiernos
Ingredientes
100 gr de tallarines
4 alcachofas
1 puerro
1/2 cebolla
1 manojo de ajos tiernos (12 unidades)
1 diente de ajo
50 ml de vino blanco
2 cucharadas de salsa cazadora
50 gr de jamón en taquitos pequeños
2 pastillas de caldo de verduras
sal 
 
 
Elaboración
He aprovechado un poco de salsa que me guardé de la receta anterior.
A las alcachofas les quitamos las primeras capas de hojas hasta que blanqueen. Cortamos el tallo y las puntas. Repasamos el tallo y cortamos las alcachofas en cuartos y luego en laminas. Ponemos en un bol con agua y unas ramas de perejil.
Preparamos un caldo con agua y una pastilla de caldo de verduras.
Pelamos el diente de ajo y lo cortamos en laminas.
Quitamos la primera capa del puerro, partimos a lo largo y cortamos en medias lunas.
A los ajos tiernos le quitamos las raíces, la parte más verde y la primera capa. Cortamos en trozos medianos.
En una sartén con un fondo de aceite sofreímos las laminas de ajo, cuando toman color añadimos las alcachofas laminadas y cocinamos unos 5 minutos.
Sofriendo alcachofas

Incorporamos el puerro, la cebolla y los ajos tiernos troceados, salamos y cocinamos unos 15 minutos.
Incorporamos puerro y ajos tiernos

Añadimos el vino y dejamos reducir.
Tallarines con alcachofas. Añadimos vino

Incorporamos el caldo de verduras, la salsa cazadora, me guardé un poco de la receta anterior, y cocinamos hasta que comprobemos que están en su punto.
Tallarines con alcachofas. Incorporamos el caldo de verduras, la salsa cazadora
 
Incorporamos el jamón picado y removemos.
Tallarines con alcachofas. Incorporamos el jamón
 
Mientras en una cazuela calentamos agua con una pastilla de caldo de verduras. En una malla colocamos la parte mas verde de los ajos tiernos, la cerramos y la añadimos a la cazuela. Cuando comienza a hervir incorporamos los tallarines y cocinamos el tiempo que indique el fabricante, yo 8 minutos.
Cuando la salsa de verduras está en su punto, incorporamos los tallarines escurridos, removemos y listo para servir.
Mezclamos los tallarines con la salsa
Resultado final 
Tallarines con alcachofas, puerro y ajos tiernos
Espero que os haya gustado.

lunes, 6 de mayo de 2024

Pollo a la cazadora

Hoy el cuadro lleva este título. Creo que en la cocina deben anidar todos los sentidos, aunque en este cuadro, el autor solo haya tomado tres de los cinco.

El Gusto, el Oído y el Tacto. Brueghel el Viejo, Jan
El Gusto, el Oído y el Tacto. Brueghel el Viejo, Jan

Brueghel el Viejo, Jan. Bruselas, 1568 - Amberes, 1625
Miembro de una familia de grandes artistas, hijo de Pieter Bruegel el Viejo y nieto de Pieter Coecke y de Mayken Verhulst Bessemers, que, según la tradición, fue su primera maestra, ya que su padre murió cuando él era un niño. Se le llamó Brueghel de Velours (de Terciopelo), de las Flores o del Paraíso por su técnica pictórica y por algunos de los temas de sus obras. También es conocido como Jan Brueghel el Viejo para distinguirlo de su hijo Jan, hábil discípulo y colaborador suyo. Alcanzó un gran éxito profesional y social durante su vida y tuvo una pléyade de seguidores durante los siglos XVII y XVIII, pero ninguno alcanzó la perfección de su técnica. En 1590 viajó a Nápoles, luego a Roma y Milán, donde vivió en casa del cardenal Federico Borromeo, gran cliente y admirador suyo con quien estuvo en contacto hasta el final de sus días. En 1596 volvió a Amberes, donde en 1601 fue decano del Gremio de San Lucas. 
Después de su estancia en Praga en 1604, entró en contacto con los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia; fue junto con Rubens uno de sus pintores favoritos, y pintor de la corte desde 1606. El estilo de Jan Brueghel en sus comienzos sigue la tradición del siglo XVI influido por los grandes pintores del paisaje Joachim Patinir, Henri Met de Bles y Cornelis van Dalem, y su padre Pieter Brueghel el Viejo. Ya en los primeros años del siglo XVII, su espíritu innovador se hace visible y sus paisajes panorámicos, montañosos y de bosques frondosos se van convirtiendo en paisajes menos pintorescos y más realistas, más llanos, menos imaginarios y distantes y las líneas horizontales van dominando las composiciones. En la primera década del siglo XVII ya ha experimentado sus cambios fundamentales y dispone de un repertorio variado que seguirá inspirándole hasta su muerte. Le unió una gran amistad con Rubens, Joost de Momper, Hendrick van Balen y Sebastian Vrancx, con los que colaboró realizando obras conjuntas con asiduidad. Cultivó con éxito varios géneros de la pintura, pero es famoso especialmente por sus bellísimos paisajes y naturalezas muertas: bodegones, guirnaldas y floreros.
Esta obra, junto con su pareja La Vista y el Olfato son réplicas de dos cuadros perdidos pintados en Amberes para los Archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia. Fueron un regalo del Ayuntamiento a sus gobernantes, encargándole las obras a Jan Brughel el Viejo, que contó con la colaboración para la ejecución de doce pintores de dicha ciudad. Los originales se perdieron en el incendio del Palacio de Bruselas en 1731. De esta forma las obras de Madrid son un documento importantísimo para conocer el aspecto de los originales. 
La triple arquería abierta al fondo, la pareja de guacamayos rojos apoyados en la barandilla y la vista al fondo de la residencia de Mariemont fueron utilizadas en El Oído en la serie de 1618. La diferencia es el punto de vista utilizado. El bodegón de la esquina inferior del lienzo aparece en El Gusto, igual que el plato con ostras que toca la mujer.
Es un óleo sobre lienzo sin forrar.
Número de catálogo P001404.
Hacia 1620
Sus medidas son Alto: 176; Ancho: 264 cm.
No expuesto
Fuente: Museo El Prado. Madrid.

Pollo a la cazadora
 
ingredientes pollo a la cazadora
 Ingredientes
2 cuartos traseros de pollo
2 dientes de ajo
1 cebolla
3 alcachofas
1 pimiento rojo
1 puerro
200 g de setas de cardo
3 tomates (1 para hacer el caldo)
1 pastilla de caldo
1 cucharada sopera de carne de pimiento choricero
1 vaso de vino blanco (125 ml)
1 cucharadita de tomillo seco
1 cucharadita de orégano
harina
aceite de oliva virgen extra
sal
pimienta negra molida

Elaboración
Preparamos un caldo con una carcasa de pollo troceada, la pastilla de caldo, un tomate y el tallo verde del puerro. Salamos, desespumamos a medida que lo necesite, colamos y reservamos.
Limpiamos las alcachofas, quitamos las primeras capas de hojas, repasamos el fondo y el tallo y las cortamos en cuartos. Las colocamos en un bol con agua y unas ramas de perejil.
Pedimos en la carnicería que los cuartos traseros los corten por la mitad. Salpimentamos y enharinamos.
En una cazuela con un fondo de aceite doramos los trozos de pollo. Una vez dorados, apartamos y reservamos.
En el mismo aceite, agregamos los dientes de ajo picados. Cuando empiecen a coger color, incorporamos la cebolla, el blanco del puerro, el pimiento rojo, picados y las alcachofas troceadas en cuartos. Salamos y dejamos sofreír, a fuego medio, hasta que la verdura esté bien sofrita.
Incorporamos los tomates rallados y la carne de pimiento choricero, dejamos sofreír unos instantes a fuego alto. Vertemos entonces el vino blanco y dejamos cocinar hasta que haya reducido el líquido.
Cortamos las setas en dados de tamaño medio e incorporamos también a la cazuela.
Cuando haya reducido el líquido, incorporamos el pollo, cubrimos con caldo y probamos de sal. Añadimos el tomillo seco y orégano.
Vamos removiendo de vez en cuando, durante unos 30 minutos hasta que la salsa vaya espesando.


pollo a la cazadora
¿Qué tal os ha parecido? Espero que guste.