lunes, 31 de mayo de 2021

Albóndigas de pollo en salsa a mi manera

Hoy último día de mayo, el verano está a la vuelta de la esquina. Pronto comenzaremos a preparar los desplazamientos para pasar unos días de vacaciones en la playa, en la montaña o en donde apetezca.
Este verano parece que va a ser algo distinto al anterior y aunque no será igual que los anteriores sin covid todo indica que habrá algo más de vida normal aunque todavía tengamos que cumplir con las medidas a fin de evitar contagios. Pero viendo algunas conductas tan irresponsables da la impresión de que todavía hay quien no está concienciado sobre el tema. Les da igual so que arre con tal de pasarlo bien no miran por los demás ni piensan en que pueden ser ellos los que ingresen en un hospital como de hecho se está viendo, porque cada vez los ingresos son más numerosos en gente joven. No están vacunados y se creen que todo el monte es orégano.
Parece que con la entrada del buen tiempo la actividad en los blog,s va decayendo. Se notan menos movimientos y en lo que a mí respecta dentro de poco estaré menos visible.
Como despedida de este mes os dejo estas albóndigas de pollo en salsa. Las he titulado a mi manera porque siendo la base de una receta de un programa de televisión he introducido unas variantes más a mi manera de cocinarlas. Así que espero os gusten.

 
Albóndigas de pollo en salsa a mi manera
 
Ingredientes
500 gr de pechuga de pollo picada
100 gr de miga de pan del día anterior
50 ml de leche
1 diente de ajo
1 huevo
perejil
pimienta blanca molida

Salsa
1 cebolla
1 puerro (la parte blanca)
1 zanahoria
1 cucharada sopera rasa de harina
50 ml de vino blanco
1 pastilla de caldo de pollo
1/2 cucharadita de ras el hanout
1/2 cucharadita de cúrcuma
1 hoja de laurel
aceite de oliva virgen extra
sal

 
Elaboración
Pedimos en la carnicería que nos piquen la pechuga.
Pelamos el diente de ajo y lo majamos en un mortero con un poco de perejil picado.
En un bol ponemos la carne de pollo, un poco de sal, la miga remojada en leche y el majado de ajo y perejil. Mezclamos bien y añadimos el huevo. Mezclamos bien todo, salpimentamos y formamos las albóndigas. Calentamos aceite en una sartén y freímos las albóndigas.
Sacamos y reservamos en un plato.
Pelamos y picamos la cebolleta y la parte blanca del puerro y pochamos en la sartén donde hemos frito las albóndigas. Cuando transparenta añadimos la zanahoria pelada y cortada en medias lunas. Sazonamos y cuando la zanahoria esté hecha añadimos la harina, la rehogamos y agregamos el vino y la pastilla de caldo diluida en un vaso de agua que previamente hemos puesto en el microondas a calentar y cocinamos a fuego suave unos 10/12 minutos. Volcamos en el vaso de la batidora, trituramos y echamos de nuevo en la sartén, añadimos la hoja de laurel, el ras el hanout y la cúrcuma, damos calor y cuando comienza a hervir agregamos las albóndigas. Bajamos a fuego suave y cocinamos 15 minutos o hasta que la salsa tome cuerpo. Si espesa añadimos un poco de agua.
 
albóndigas de pollo en salsa a mi manera

Espero que estas albóndigas sean de vuestro agrado.
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lunes, 24 de mayo de 2021

Ensalada de alubias blancas con atún

El verano ya está a la vuelta de la esquina aunque el tiempo que está haciendo no lo acompañe mucho. Por aquí, al menos está muy irregular, tan pronto hace un día de sol y calor como al siguiente se nubla, hace viento y la temperatura cae. Ayer con lluvia y muy desapacible, día revuelto y frío.
En la entrada de hoy, por premura de tiempo, últimamente estoy bastante descolocado, no incluyo noticias o curiosidades sobre la receta o algún ingrediente en concreto. Pero cuando no se puede, no se puede y además es imposible.
Hoy me limito a poner la receta, en este caso, una ensalada de alubias, legumbre que utilizo mucho y que en esta temporada suelo prepararla en ensalada, aunque ello no obsta para que también las haga en guiso. El verano no debe ser impedimento para que preparemos esos ricos platos de cuchara con alubias, garbanzos o lentejas. Lo cortés no quita lo valiente🤣🤣.
 
Ensalada de alubias blancas con atún

Ingredientes
1 bote de alubias cocidas (570 gr)
1 pimiento verde italiano
2 tomates pera
1 cebolleta
2 latas de atún en aceite de oliva
1 lata de maíz dulce
aceite de oliva virgen extra
sal
 
Elaboración
Lavamos las alubias, las escurrimos y las ponemos en un bol. Reservamos.
Lavamos el pimiento, le quitamos el pedúnculo y las semillas, lo cortamos en tiras y luego en cuadraditos.
Pelamos y picamos la cebolleta muy fina.
Cortamos los tomates en trozos pequeños.
Abrimos las latas de atún.
Incorporamos la cebolleta picada, el pimiento, el maíz, los tomates y el atún al bol de las alubias, salamos, regamos con un chorreón de aceite de oliva y removemos para mezclar. 
 
Ensalada de alubias blancas con atún

Una sencilla ensalada y que espero haya sido de vuestro agrado.
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lunes, 17 de mayo de 2021

Champiñones en salsa de cerveza tostada

El champiñón
 
Es una de las setas más populares y consumidas en los países occidentales.
En ellos se distinguen tres partes bien diferenciadas: el sombrero, de forma redondeada y que constituye la parte más carnosa; el pie, cilíndrico y que sirve de soporte al sombrero; y por último el himenio, conjunto de laminillas que van desde la parte superior del pie hasta el borde externo del sombrero.
Los dos tipos más comunes que nos encontramos en el mercado son: el champiñón común o blanco y el portobello.

El champiñón común o blanco (Agaricus bisporus) también llamado "champiñón de París" es la especie mas cultivada en España. Rico en vitaminas y minerales produce un efecto saciante al ser consumido.
 
champiñón común o blanco

El champiñón Portobello (Agaricus brunescens) conocido también como champiñón exótico es considerado como la versión gourmet del champiñón de París. Su textura es más carnosa y su sabor más intenso.
 
 
pintura rupestre en la cueva de Villar de Humo
La mayor parte de las culturas humanas han concebido las setas como elementos especiales, misteriosos y cargados de poder sobrenatural. Es probable que el consumo humano de setas se diese ya entre los primeros cazadores recolectores.
Según National Geographic en el yacimiento de la cueva de El Sidrón, en Asturias, en los análisis de material genético de restos fósiles de neardentales hallado en ese lugar se ha verificado que en su dieta incluían setas, piñones y musgo.
 
Los egipcios las consideraban un "alimento de los dioses" que aportaba la inmortalidad a quienes las consumían. Es por ello que, con el fin de no compartir este privilegio, los faraones prohibieron comer setas e incluso tocarlas.
setas en una estela funeraria griega
En la antigua Grecia, fue el poeta Eurípides el primero en describir intoxicaciones por consumo de setas. Los romanos, quizás influidos por Egipto, incluyeron las setas en la dieta de las legiones porque pensaban que su consumo otorgaba fuerza divina. Con el tiempo, también se les atribuyó poderes afrodisíacos.
 
 
En la Edad Media, las supersticiones convirtieron a las setas en 'criaturas del Diablo'. De hecho, los círculos de setas en los claros de bosques, llamados ‘anillos de brujas’ o ‘anillos de hadas’, se interpretaban como lugares de reunión donde estos seres mitológicos danzaban formando corros a la luz de la Luna. Estas y otras leyendas hicieron que mucha gente tuviese miedo a consumir setas.
 
En Oriente, el consumo de setas es antiguo y arraigado. En China ya se daba antes del inicio de nuestra era y en el tratado agronómico de Wu Sang Kwuang se atestigua los primeros cultivos de hongos que se conocen. Estos pertenecen a la variedad Shiitake (Lentinula edodes). La producción de esta seta, que pronto se extendió a Japón y a la península de Corea, tenía lugar en troncos humedecidos del árbol shii, siendo este el origen de su nombre.
 
En Europa el origen del cultivo del champiñón común o blanco se inició en 1650, al descubrir, unos agricultores de la región de París, una pequeña seta que surgía en las cuadras sobre el compost de caballo. Los primeros cultivos profesionales se establecieron en las catacumbas de París, ya que ofrecían condiciones ideales para su cultivo. La rápida difusión de la nueva seta permitió que en pocos años se sirviese en los mejores restaurantes de la capital francesa como un aperitivo de lujo. Había nacido el llamado ‘Champiñón de París’, la que más tarde sería y es la seta más consumida del mundo.

Información obtenida de diversas Web,s

Tras este breve caminar por la historia del champiñón vamos con la receta que como podéis comprobar es sencilla de hacer y que nos sirve como aperitivo, ahora que parece que llega el buen tiempo o como acompañante de algún otro plato. Espero que os guste.

Champiñones en salsa de cerveza tostada
 
Ingredientes
1 bandeja de champiñones laminados (300 gr aprox)
1 cebolleta
1 diente de ajo
1 bote de cerveza tostada
una pizca de tomillo seco
1 c/p de Maicena
pimienta negra molida
pimienta de cayena al gusto
aceite de oliva virgen extra
sal
agua
 
Elaboración
Lavamos los champiñones y dejamos escurrir.
Pelamos la cebolleta y el diente de ajo y los picamos.
Calentamos aceite en una sartén y cuando tome calor añadimos la cebolleta y el ajo picado. Cocinamos hasta que la cebolleta transparente y añadimos los champiñones. Salpimentamos y mantenemos en cocción hasta que los champiñones pierdan el agua. Agregamos  un poco de tomillo seco, la cerveza y la pimienta de cayena, si os gusta picante,
Cuando rompa de nuevo a hervir mantenemos a fuego medio y cocinamos hasta que los champiñones estén en su punto.
Diluimos la maicena en un vasito con agua, añadimos a los champiñones, removemos y cocinamos hasta que la salsa espese. 

champiñones en salsa de cerveza tostada

Que disfrutéis de una estupenda semana.
 
Y para finalizar la entrada os dejo con esta imagen que he recibido a través de WhatsApp y que refleja fielmente quienes son los destinatarios, máxime viendo los vídeos que salieron en televisión la noche del pasado domingo día 9, fin del estado de alarma.


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lunes, 10 de mayo de 2021

Patatas guisadas con chistorra y garbanzos

La patata
 
La patata (solanum tuberosum) se conoce hace ya más de 8.000 años, siendo en los Andes, sur de Perú y extremo norte de Bolivia, los lugares donde esta planta fue cultivada por el hombre y comenzó a servir como alimento. 
Es Sevilla el lugar por donde entra en España traída en 1560 por Pedro Cieza de León junto con unas mazorcas de maíz, pero, como ocurre casi siempre, los inspectores de la Casa de Contratación de Sevilla consideraron que esos dos productos (patata y maíz) carecían de utilidad. El navegante no se arredró y las llevó para cultivarlas en los terrenos que sus padres tenían en Llerena (Badajoz). 
Este desprecio por la patata pronto comenzó a moderarse ya que comenzó a consumirse, aunque de forma tímida, hacia 1570. Se tiene constancia de que en 1573 se consumían en el Hospital de la Sangre en Sevilla.

Tampoco la patata tuvo mucho éxito en Europa. Su apariencia poco agradable y el hecho de que creciera bajo tierra propició que inicialmente fuese rechazada en todos los ámbitos sociales, era, no obstante, utilizada como planta ornamental. No fue hasta entrado el siglo XVIII cuando la patata pasa a convertirse en un alimento básico de la población.
 
Federico II el Grande, rey de Prusia (1712-1786) observó que la patata podía ser un alimento ideal para combatir las hambrunas en épocas de malas cosechas.
Tras varios intentos fallidos de convencer a los campesinos para plantar el tubérculo preparó un ardid y decidió plantarla en huertos y jardines de palacio, estableciendo fuertes medidas de seguridad en torno a ella. El pueblo prusiano supuso que se custodiaba algo valioso e importante. Pasado un tiempo ordenó retirar las medidas de seguridad y sucedió lo que él había supuesto, que los campesinos aprovecharon la ocasión para hacerse con las patatas y de esa forma comenzó a extenderse el cultivo y consiguiéndose que la patata fuese un alimento clave en la alimentación de los prusianos.
 
Federico II de Prusia inspeccionando cultivo patatas
Federico II de Prusia inspeccionando cultivo de patatas

Se conocen un total de 15 edictos de la patata los cursados sobre su cultivo. Fue en 1746 cuando se publicó el primero con motivo de una grave hambruna que hubo en Pomerania.
A este rey también se le conoció como «Rey de la patata» y en su tumba situada en el Palacio de Sansoucci en Potsdam los visitantes depositan flores y patatas.
 
Tumba de Federico II de Prusia. Palacio de Sansoucci. Potsdam
Tumba de Federico II de Prusia. Castillo de Sansoucci. Potsdam
 

Bueno, después de este pequeño relato vamos con la receta de hoy que si la leéis no puede ser más sencilla. Sin duda os habréis dado cuenta de que soy un fan de la chistorra, tengo muchas recetas con ese ingrediente y la verdad es que proporciona un delicioso sabor a las comidas además de estar muy rica. Unidos a ella van otros dos ingredientes estupendos, la humilde patata y los garbanzos, en esta ocasión los he utilizado ya cocidos. Plato fácil, rápido y además muy rico. Espero que os guste.

Patatas guisadas con chistorra y garbanzos
 
Ingredientes
2 patatas medianas
1 bote pequeño de garbanzos cocidos
1 cebolla
1 pimiento verde italiano
1 diente de ajo
1/2 chistorra
50 ml de vino blanco.
1 cucharada de tomate frito
1/2 cucharada de postre de ras el hanout
1 cucharada de postre de pimentón dulce
caldo de pollo
aceite de oliva virgen extra
sal
 
Elaboración
Pelamos las patatas y las chascamos. Reservamos en un bol con agua.
Pelamos y picamos muy fina la cebolla.
Pelamos el diente de ajo y lo troceamos.
Quitamos el pedúnculo, las semillas y los nervios blancos interiores al pimiento y lo cortamos en brunoise.
Cortamos la chistorra en rodajas.
Abrimos el bote de garbanzos, los ponemos en un colador y los pasamos por agua del grifo hasta que no suelten espuma. Reservamos.
En una cazuela con un fondo de aceite (2-3 cucharadas) sofreímos el ajo y cuando comienza a bailar incorporamos la cebolla y el pimiento troceados.
Cuando la cebolla transparenta incorporamos el tomate frito y removemos.
Agregamos la chistorra, removemos y añadimos el vino. Dejamos reducir y agregamos las patatas, cocinamos unos minutos, incorporamos el pimentón y el ras el hanout, removemos y cubrimos con caldo.
Cocinamos a fuego suave unos 15 minutos, añadimos los garbanzos escurridos, removemos bien para mezclar sabores, rectificamos de sal y cocinamos hasta que las patatas estén en su punto. Si el guiso queda corto de caldo se añade un poco. 
 
patatas guisadas con chistorra y garbanzos

patatas guisadas con chistorra y garbanzos

Este pasado miércoles nos pusieron la segunda dosis de la vacuna. Hasta hoy, salvo una pequeña molestia en el brazo, en la zona del pinchazo, no hay incidencia alguna que reseñar. Espero seguir así.
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lunes, 3 de mayo de 2021

Brócoli sobre lecho de patata al pimentón

El brócoli
 
planta de brócoli
El brócoli o brécol es una planta de la familia de las brasicáceas cuyo nombre científico es Brassica oleracea. Recibe numerosas acepciones, brécol, bróquil, bróculi o brócoli, dependiendo del lugar de España donde nos encontremos.
A esta familia pertenecen también la coliflor, las coles de Bruselas y el repollo. 
Su origen se sitúa en la región mediterránea y fueron los romanos quienes comenzaron su cultivo. Su expansión posterior hacia otros lugares se produjo gracias a los comerciantes que, por entonces, navegaban por el Mediterráneo.
 
Según datos del Anuario Hortofrutícola 2019-2020, el brócoli está de moda. Por lo menos, ya se ha convertido en una verdura que los españoles contemplan como habitual en la cesta de la compra.
Una realidad muy alejada a la de 2010, cuando su consumo en España era residual y la mayor parte de la producción se iba al exterior. De hecho, según esos datos, España, en estos diez años, ha multiplicado por diez  el consumo del brócoli, con una evolución que pasa de los 200 gramos en 2010 a los 2 kilogramos per cápita con que habrá finalizado 2020.
En España se dedican alrededor de 50.000 hectáreas al cultivo del brócoli, en las que se han producido en 2020 cerca de 600.000 toneladas, de las que 65.000 han ido al mercado nacional y 535.000 para la exportación.
Reino Unido es el primer cliente para el brócoli español y le siguen Francia, Países Bajos y los países escandinavos. Fuera de Europa, destacan las exportaciones a Emiratos Árabes, Rusia y países del este de Europa, como Rumanía y Bulgaria.

Variedades de brócoli que sin duda ya conoceis. 
 
Las más conocidas son: el brócoli calabrese, el brócoli chino, el brócoli bimi, el brócoli romanesco y el brócoli morado.
 
brócoli calabrese
 Brócoli calabrese.
Es el brócoli tradicional. Su nombre le viene de su lugar de origen Calabria, una región del sur de Italia. El brócoli común tiene unos floretes prietos y de color verde oscuro, con un tallo duro y grueso.
Su tamaño oscila entre los 10 y 20 centímetros y su peso medio sobre 500 gramos. Tanto sus floretes como su tallo son comestibles. 

 

brócoli chino
Brócoli chino.
También conocido como ka-i-lan, gai lan, brécol chino o col verde china. A diferencia del brócoli tradicional es una verdura con hojas grandes y planas. Su color es brillante, de tonos verde azulado. Sus tallos son más finos que los del común. Se emplea ampliamente en la gastronomía de China, y especialmente en la cantonesa. Es común prepararlo salteado, hervido o al vapor. Su sabor es más amargo que el del brócoli tradicional.
 

brócoli bimi
Brócoli bimi.
De reciente aparición en el mercado español. En América, Asia y Europa se le conoce por diferentes nombres: Tenderstem, Baby broccoli y Broccolini. Se dice que es un súper brócoli dada la cantidad de beneficios nutricionales que aporta, desbancando al brócoli tradicional. Su origen proviene de la unión natural entre el brócoli tradicional y el brócoli chino. Tiene un tallo fino y alargado, como el del brócoli chino, y su florete es como el de un brócoli tradicional. Se puede comer todo. El sabor del tallo es dulce, recordando al espárrago verde, y el sabor del florete es más suave que el del brócoli tradicional.

brócoli romanesco
Brócoli romanesco.
Es una variedad de brócoli, creada a partir de la unión del brócoli tradicional y la coliflor, aunque también hay quien dice que es una variedad verde de la coliflor italiana. Su color también es verde, pero más claro que el brócoli tradicional, sus ramilletes son firmes y con forma de espiral. Su sabor es suave pero con una textura más crujiente que el brócoli tradicional. Muy apto para su uso en salteados y guisos. 
 

brócoli morado
Brócoli morado.
También llamado brócoli de Sicilia, es muy similar al brócoli común, salvo que los ramilletes tienen un color morado y son más pequeños, pero su sabor es igual que el del brócoli tradicional.





Después de estos breves apuntes sobre esta verdura vamos con la receta. Nada mejor que esta verdura que reúne unas propiedades tan beneficiosas para el organismo, en especial para el hígado, y que además posee mucha vitamina C, ya que una ración de 200 g de brócoli aporta con creces esa vitamina que el cuerpo precisa al día, aporta también la mitad del ácido fólico y dos terceras partes del betacaroteno, a lo que se suma vitaminas B1, B2, B3, B6, y distintos minerales como, potasio, calcio, fósforo, magnesio, hierro y zinc.
 
Como he utilizado para su confección el microondas aprovecho para incluirla en el proyecto En buena onda de Marisa y Elisa en el que tienen cabida recetas elaboradas con este electrodoméstico. 

Brócoli sobre lecho de patata al pimentón
 
Ingredientes
1 brócoli
2 patatas
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1 diente de ajo
aceite de oliva virgen extra
sal
pimienta negra molida
 
Elaboración
Esta es la recomendación de la marca que tengo y así las he hecho.
Lavamos las patatas, las cortamos en trozos regulares y las ponemos en un recipiente apto para el microondas con un poco de agua. (2-3 cucharadas soperas por cada 250 gr))
Ponemos a potencia máxima (el mío 800W) y cocinamos entre 5-7 minutos. Ir comprobando poco a poco ya que cada micro es especial.
Una vez que las patatas están a nuestro gusto, las sacamos y dejamos enfriar, Las chafamos con ayuda de un tenedor, añadimos el pimentón dulce, el aceite de oliva,  la sal y la pimienta negra molida y removemos para mezclar.
Mientras se hacen las patatas limpiamos el brócoli dejando solo los ramilletes o flores. Los lavamos y dejamos escurrir.
Colocamos los ramilletes en un molde apto para microondas, ponemos un poco de agua (unos 120 ml) y cocinamos a máxima potencia unos 6-8 minutos. 
En un plato colocamos una cama de patatas con pimentón, ponemos encima los ramilletes de brócoli y regamos con un aliño hecho a base de ajo majado y aceite. 

Brócoli sobre lecho de patata al pimentón


Esta es mi segunda aportación para el proyecto En buena onda que Marisa y Elisa han creado para recetas cocinadas en microondas. Espero que tenga cabida en el mismo y que sea de vuestro agrado.
Mi firma