lunes, 19 de junio de 2023

Pez espada a la siciliana

Me encanta todo clase de pescado, unos más que otros, pero el pez espada es uno de mis preferidos sin olvidar, al rape, bacalao, merluza, dorada y lubina entre ellos.
Y hoy le ha tocado el turno al pez espada, en algunos sitios lo denominan emperador, aunque no es el mismo pescado, aquí suelen llamarlo de esa forma.
Y como se trata de una receta de pescado la acompaño con este cuadro de un extraordinario pintor valenciano. Espero que ambas sean de vuestro agrado.
 
¡Aún dicen que el pescado es caro! Sorolla y Bastida, Joaquín
 
Sorolla y Bastida, Joaquín
Valencia, 27.2.1863 - Cercedilla, Madrid, 10.8.1923
Formado en sus años más tempranos con el escultor Cayetano Capuz, estudió desde 1878 en la Academia de San Carlos de Valencia, donde sus maestros Gonzalo Salvá (1845-1923) e Ignacio Pinazo le introdujeron en la pintura al aire libre. Al comienzo de los años ochenta viajó a Madrid y estudió la obra de Velázquez y de Ribera en el Museo del Prado. En 1884 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes con "El dos de mayo", con el que cosechó sus primeros éxitos, a pesar de lo temprano de la obra. Pensionado poco después por la Diputación de Valencia, viajó a Roma y a continuación a París. En 1892 su estremecedora pintura "Otra margarita" recibió la primera medalla de la Nacional de ese año y el premio único de la Internacional de Chicago del año siguiente. Hasta 1900, Sorolla acumuló un gran número de galardones, entre los que destaca el grand prix de París y la medalla de honor de la Nacional de Madrid de ese año, La mayoría de esos premios los obtuvo por pinturas que tratan de ofrecer una perspectiva realista al costumbrismo burgués, inspirado muchas veces en las labores marineras de su tierra natal, como en "¡Aún dicen que el pescado es caro". En esos años, en los que había entrado en contacto con la obra de pintores extranjeros como Jules Bastien Lepage (1848-1884), Adolf Menzel (1815-1895) y varios pintores escandinavos, cobra cada vez más importancia en la pintura de Sorolla la preocupación por la captación de la luz natural. 
En los primeros años del siglo XX, respaldado por los éxitos que había acumulado ya, y quizá también debido a la influencia de su gran amigo el paisajista Aureliano de Beruete, se dedicó a viajar por toda España. En estos primeros viajes fue determinante su estancia en el sur del país, donde su paleta se enriquecería pintando los paisajes y jardines árabes de Granada y Sevilla. En 1909, por invitación de Archer M. Huntington (1870-1955), expuso en Nueva York, donde el éxito de su obra fue arrollador, las críticas muy favorables y el mercado reaccionó con gran entusiasmo. Dos años después Huntington le encargó la monumental decoración mural para la Hispanic Society de esa ciudad, en la que debía reflejar las gentes y pueblos de España, según sus características regionales, lo que obligó al pintor a viajar por todo el país captando prototipos folclóricos para su obra.
Este emblemático cuadro, sin duda el más famoso entre todos los pintados por Sorolla durante su juventud con argumento social, es también ejemplo fundamental de la inmersión del artista en este género, entonces de plena vigencia en los ambientes artísticos oficiales madrileños, en los que Sorolla se propuso lograr sus primeros reconocimientos públicos. Además, es seguramente el más sentido de todos ellos en la hondura de su significado, por representar un asunto tan sensible a las vivencias de las gentes de su tierra natal, logrando con él una de las escenas más emocionantes de la pintura española del realismo social de fin de siglo. 
El cuadro, muestra el interior de la bodega de una barca de pesca, en la que un joven marinero, apenas un muchacho, yace tendido en el suelo tras sufrir un accidente durante la faena. Con el torso desnudo, del que pende una medalla, amuleto devoto de protección de los pescadores contra las desgracias, el joven es atendido cuidadosamente de sus heridas por dos viejos compañeros de labor, con el semblante serio y concentrado. Uno de ellos le sujeta por los hombros, mientras el otro, cubierto por una barretina, le aplica una compresa en la herida, que acaba de mojar en el perol de agua que se ve en el primer término. Alrededor de los tres marineros pueden verse diversos aperos y, al fondo, un montón de pescados, apresados durante la accidentada jornada. Sorolla logra no obstante en esta pintura una especial armonía de conjunto en la interpretación de su asunto, en una composición de gran equilibrio y un audaz planteamiento espacial, integrándose ya en ella con perfecta normalidad algunas de las conquistas del innovador lenguaje plástico de su obra posterior. En efecto, lo primero que despierta la emoción del espectador es la entereza callada y contenida de los viejos hombres de mar cuidando el frágil y desvalido cuerpo del muchacho herido, interpretado casi con la solemnidad dramática de una piedad profana, envuelta en una gravedad noble y viril que sólo Sorolla supo calar en el alma de los pescadores de su tierra.
Es un óleo sobre lienzo.
Número de catálogo P004649.
Sus medidas son: 151,5 x 204 cm.
Pintado en 1894.
Sala 061A (Expuesto).
Fuente: Museo El Prado. Madrid.


Pez espada a la siciliana

Ingredientes
2 filetes de pez espada
1 cebolla
1 tomate rallado
2 cucharadas de salsa de tomate casera
16 aceitunas negras de Aragón
1 cucharada sopera de alcaparras
1 cucharadita de tomillo
8 tomates cherry
1 cucharadita de pimentón dulce
aceite de oliva virgen extra

Elaboración
Lavamos y quitamos la piel de los filetes del pescado. Secamos con papel absorbente y salamos.
Ponemos un poco de aceite en una sartén y marcamos por las dos caras los filetes del pescado.
Sacamos y reservamos.
En la misma sartén ponemos un poco más de aceite y pochamos la cebolla cortada en juliana.
Cuando transparente añadimos el tomate rallado y rehogamos hasta que reduzca.
Incorporamos la salsa de tomate, las alcaparras y las aceitunas. Mezclamos y añadimos el tomillo.
Cocinamos todo junto a fuego suave durante unos minutos. 
Añadimos los tomates cherry cortados a la mitad y el pez espada.
Espolvoreamos por encima con el pimentón y cocinamos durante un par de minutos más.
 
pez espada a la siciliana

Espero que os guste.
 
Con la llegada del verano, la actividad en la blogosfera va en proporción inversa a la temperatura diaria. A más calor menor actividad, de ahí que haya decidido adelantar las vacaciones y dejar descansar al ordenador que falta le hace.
Con esta entrada doy por finalizado, hasta mediados de septiembre, espero, la publicación en el blog. El verano conlleva otra serie de actividades entre las que no priorizo estar delante del ordenador por diferentes motivos, entre otros, cambio de rutina, ocupar el tiempo en otros menesteres, pasear, lectura, playa, viajar, nietos, cenas con amigos, etc, etc.
Os deseo que disfrutéis de unas extraordinarias vacaciones, ya que pienso que las tenemos bien ganadas con todo lo que nos ha caído encima. Esperemos que el cambio continúe.
Feliz verano

lunes, 12 de junio de 2023

Ensalada de lentejas

En el bodegón que os presento hoy no hay ni lentejas ni maíz, ni atún ni palitos de surimi, pero lo que sí hay es un gato mirando con cara de pocos amigos sin saber adonde dirigir sus zarpas. Es de un pintor valenciano. A ver si os gusta.

Bodegón con cacharros, fruta y un gato

José Felipe Parra Piquer (Valencia, 1824 - 1868 post.)
Obra adscrita en 2004 al corpus de bodegones de José Felipe Parra, por sus características y paralelismos con obras seguras de este precoz pintor valenciano especializado en bodegones y flores que cursó estudios en la Academia de San Carlos, de la que fue académico de mérito desde 1843.
La dependencia de este bodegón con las composiciones dieciochescas del especialista en el género, Luis Meléndez, es claramente visible con viandas y cacharros al abierto sobre fondo neutro. La diversificación de objetos inertes, el repertorio de comestibles, la precisión táctil de cada elemento descrito, la incidencia de la luz modelando volúmenes con sombras proyectadas y la estudiada composición hacen de este bodegón una pintura de empeño de Parra.
La presencia inquietante del gato, encaramado sobre un melón, con expresión agresiva remite a ejemplos de pintura flamenca del siglo XVII.
Es un óleo sobre lienzo.
Número de catálogo 97/2004
Sus medidas son Alto: 69.2; Ancho: 98.4 cm.
Pintado hacia 1850.
Procedencia: Donación Orts Bosch (2004).
Fuente: Museo Bellas Artes de Valencia.

Ensalada de lentejas

Ingredientes
1 bote de lentejas cocidas, utilizo la lenteja pardina
2 latas de atún en aceite de oliva
1 lata de maíz dulce
6 palitos de surimi
1/2 cebolleta
aceite de oliva virgen extra
sal
pimienta negra molida

Elaboración
Abrimos el bote de las lentejas, las volcamos sobre un colador y las lavamos con agua del grifo hasta que el agua salga limpia. Dejamos escurrir y reservamos.
En un bol ponemos el atún desmigado, el maíz dulce escurrido, los palitos de surimi cortados en trozos pequeños y la cebolleta picada muy fina
Agregamos las lentejas escurridas, salpimentamos y removemos para mezclar.
Una vez bien mezclados todos los ingredientes regamos con una cucharada de aceite de oliva y de nuevo removemos para que el aceite se distribuya homogéneamente.

ensalada de lentejas

ensalada de lentejas
Ya falta menos para la entrada del verano, vacaciones.
A ver si esta ensalada de lentejas os ha gustado. Espero que sí.

lunes, 5 de junio de 2023

Patatas con brócoli

 Bodegón de hortalizas. Anónimo.
Bodegón de hortalizas
Es un óleo sobre lienzo de autor anónimo.
Número de catálogo P003690
Sus medidas son Alto: 118 cm; Ancho: 162 cm.
Pintado en el Siglo XVII.
Procedencia: Donación María Dionisia Vives y Zires, duquesa de Pastrana, 1889
Se encuentra depositado en la Misión permanente de España ante las Naciones Unidas. Nueva York.
Fuente: Museo El Prado. Madrid.

Esta semana pasada no pude publicar debido a que tuve que hacerle al ordenador una revisión. Es como todo, a medida que pasan los años los achaques van en aumento.
En contadas ocasiones he utilizado el microondas para preparar algo que no sea calentar, pero viendo las cosas tan ricas que tanto Marisa como Elisa, nos presentan en su proyecto En Buena Onda, me he decidido a preparar esta receta utilizando, aunque sea en poca medida el microondas.
A ver que os parece.
 
Patatas con brócoli

Ingredientes
2 patatas medianas
1 bolsa de ramilletes de brócoli
50 gr de jamón en tacos
2 dientes de ajo
1 cucharada rasa de harina
1 pastilla de caldo de carne
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1/2 cucharadita de ras el hanout
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
sal

Elaboración
En el microondas cocinamos los ramilletes de brócoli 5 minutos a potencia máxima (800W). Transcurrido ese tiempo dejamos reposar dentro de micro 2 minutos. Sacamos, abrimos la bolsa, salamos y reservamos el brócoli.
Calentamos un vaso de agua en el microondas y disolvemos la pastilla de caldo. Mantenemos en caliente.
Pelamos y cortamos la patata en cachelos. Ponemos en un bol cubiertas de agua y reservamos.
Pelamos y picamos el ajo.
En una cazuela con aceite sofreímos los ajos picados. Cuando comienzan a bailar añadimos el jamón, rehogamos y agregamos la harina. Cocinamos un par de minutos para eliminar el sabor a crudo.
Incorporamos las patatas escurridas añadimos el pimentón y removemos. Agregamos el caldo y el ras el hanout. Salamos y mantenemos en cocción unos 20 minutos hasta que las patatas están hechas.
Incorporamos los ramilletes de brócoli, removemos para mezclar. Dejamos reposar un par de minutos.

Patatas con brócoli

Patatas con brócoli

Con esta receta colaboro en el proyecto En Buena Onda que Marisa y Elisa nos proponen para uso del microondas.
Espero que esta sencilla propuesta pueda ser tenida en cuenta.