Antes de poner esta receta, voy a dar unos pequeños datos sobre la berenjena, que seguro ya conocéis.
Su introducción en Europa es en la Edad Media y, al parecer, se produjo desde España a través de los comerciantes árabes. Desde entonces, se extendió su cultivo con gran éxito en los países templados bañados por el Mediterráneo. Pese a ello, durante siglos, la berenjena fue estimada de forma exclusiva como adorno exótico porque existía la creencia de que su consumo provocaba enfermedades.
La calidad de la berenjena se basa en su uniformidad, firmeza, color de la piel y tamaño. Por lo general, las berenjenas más sabrosas son las más tiernas y firmes, con la cáscara lisa y brillante, de color morado oscuro y de mayor peso en proporción a su tamaño. La piel no debe presentar manchas, arrugas ni zonas blandas.
Un truco para saber si la berenjena está bien madura consiste en hacer una ligera presión con los dedos sobre la piel. Si los dedos dejan huella, la berenjena está madura.
La clasificación de la berenjena atiende a su forma (globosa, larga, delgada...), determinada por la variedad de que se trate.
son los frutos redondos ovalados, de piel bicolor (blanca jaspeada de morado o verde) y pulpa casi blanca. El peso medio de un ejemplar ronda los 200 gramos.
forma esférica, piel de color morado oscuro, brillante y pulpa verde. Su peso medio ronda los 250 y 290 gramos.
son alargadas, de piel morada oscura, brillante y pulpa verde. Su peso va de los 160 a los 180 gramos.
fruto redondo, de color morado oscuro, brillante y uniforme y pulpa verde con vacíos. El peso medio de una unidad es de 230 a 260 gramos.
Las berenjenas soportan mejor el calor y son sensibles al frío, por lo que su cultivo abunda en verano. No obstante, gracias a la producción en invernadero, está disponible siempre en el mercado. Las plantadas la primera quincena de agosto se recolectan de finales de septiembre a diciembre; las plantadas del 15 de agosto al 15 de septiembre se recogen en octubre y finalizan en enero; y las de la última quincena de diciembre se cosechan de marzo a finales de junio.
Por ser un alimento perecedero (aguanta poco más de diez días), conviene manipularla con cuidado y refrigerarla hasta su consumo. Es aconsejable mantenerla aislada del resto de verduras y frutas, ya que reacciona con el etileno producido por la respiración de otros vegetales y se estropea antes.
La berenjena contiene un 90% de agua, pocas grasas, fibra (si se toma con piel) y pocas calorías, por lo que se aconseja en las dietas de adelgazamiento.
La berenjena es rica en:
Vitaminas: E, A, C, B1, B2
Minerales: Potasio, el que más tiene, hierro, calcio, fósforo.
Otros: Ácido fólico, fibra, carbohidratos.
Bueno, pues después de esta breve exposición os pongo, como no, una receta de berenjenas. En este caso salteadas con jamón y queso.
Yo utilicé
2 berenjenas
4 dientes de ajo
6 cucharadas de aceite
90 gr de jamón serrano en taquitos
50 gr de queso cremoso rallado
sal
pimienta
lo haremos de la siguiente manera
Cortamos las berenjenas en dados y las ponemos en agua con sal para que pierdan el amargor durante unos 30 minutos. Las escurrimos y reservamos. Calentamos 4 cucharadas de aceite en una sartén y freímos 2 dientes de ajo picados finos; antes de que tomen color, añadimos el jamón, lo salteamos y añadimos a continuación las berenjenas. Las rehogamos lentamente hasta que estén tiernas. Sazonamos con sal y pimienta. Añadimos el queso rallado reservando una cucharada para espolvorear posteriormente por encima de las berenjenas.
Mientras, en otra sartén con las otras dos cucharadas de aceite, freímos los otros dos dientes de ajo en láminas. Colocamos las berenjenas muy calientes en donde vamos a servir , las espolvoreamos con el queso rallado reservado y las regamos con el aceite y el ajo frito en láminas.
Espero que os guste