Torrijas anisadas

Seguimos de fiesta, ya hemos entrado en el ecuador y se va vislumbrando el final, pero todavía queda este fin de semana. Lo que sí se está notando y con fuerza, es el frío, hacía muchos años que las temperaturas en estas fechas no eran tan bajas. Quizá sea por eso o porque nos estamos acercando a Semana Santa por lo que me decidí a preparar estas torrijas que aunque son muy conocidas y fáciles de hacer es un plato que siempre gusta y que a media tarde con un café o un chocolate sientan a las mil maravillas; lo único a tener en cuenta son las calorías, pero como hace frío se contrarrestan.

Recetas de torrijas hay muchas, en cada lugar tienen su forma peculiar de hacerlas. Siendo el pan la base fundamental de este plato las variantes son principalmente el líquido en que se bañan, el orden en que se hacen y los elementos que se les añaden.

Sobran las palabras así que vamos al grano o al meollo de la cuestión, en el caso que nos ocupa las torrijas, esa cosa tan rica y que gusta a casi todos, genéricamente hablando, y cuando digo todos no me refiero exclusivamente al género masculino. Estas que he hecho son las tradicionales con leche, le he añadido un toque de azahar y anís.

Debemos tener

1 barra de pan, mejor del día anterior
1/2 l de leche y azúcar al gusto
1 cucharada sopera de agua de azahar
peladura de un limón
1 palo de canela
2 huevos
1 copa de anís
aceite
azúcar y canela molida para espolvorear

Así las haremos

Retiramos los picos de la barra de pan y la cortamos en rodajas de aproximadamente 1 cm de espesor que colocaremos en un recipiente adecuado para que quepan todas.En un cazo ponemos a calentar la leche con la peladura del limón y el palo de canela.

Cuando empieza a tomar calor le añadimos el azúcar y removemos hasta que se disuelva. Antes de que hierva, apartamos, echamos la cucharada de agua de azahar y dejamos templar.

Colamos la leche y la vertemos sobre las rebanadas de pan. Una vez que han empapado, las escurrimos para quitar el exceso de leche, las pasamos por huevo batido y las freímos en aceite caliente. Sacamos, colocamos sobre papel absorbente para eliminar el sobrante de aceite, las mojamos con unas gotas de anís y las espolvoreamos con el azúcar mezclado con la canela.

Solo queda disfrutar comiéndolas.